A casi todos nos preocupa demasiado la
opinión de los demás, y muchas veces no
hacemos lo que quisiéramos hacer por si a los demás no les parece bien.
-Una de las cosas buenas que tiene el hecho de
cumplir años, es que cada vez nos importa menos la opinión de los demás.
-La vida nos ha enseñado a lo largo de los años,
que jamás, por mucho que nos esforcemos, haremos las cosas a gusto de todos,
porque no hay nada que guste a todo el mundo.
-Soy profesora de Primaria, y siempre he procurado que los niños comprendan la inutilidad del sufrimiento que
conlleva querer gustar a todo el mundo y no conseguirlo, así que hablábamos muy a menudo, sentados en la alfombra de las cosas que más
nos gustan….
-El chocolate era una de las cosas que gustaban
a más niños, y después de que unos cuantos se levantaran a contarnos las cosas
de chocolate que preferían, yo les mandaba sentar, y empezaba a levantar al
grupo al que no le gustaba el chocolate, y siempre eran por lo menos una cuarta parte de la clase.
-Los” chocolateros”, se quedaban pasmados de oírles
hablar de su manjar preferido como de algo que sabe mal, que empalaga, que
llena mucho…..y entonces yo aprovechaba para contarles el cuento del Conde
Lucanor sobre un padre y un hijo que llevan un burro a un mercado, y a la gente le parecía mal que montara el padre, luego que montara el hijo, y al final que el burro fuera solo .
-En todas partes vamos a encontrarnos con
personas que no solamente no opinana como nosotros, sino que además son
tremendamente intolerantes, por lo que será muy difícil contestarles.
-A mí me encanta la carne, y he tenido
trabajando conmigo, a varias profesoras británicas vegetarianas, que pensaban
que éramos poco menos que caníbales…..
- Somos seres libres e inteligentes; así que cada uno deberemos
actuar según nuestro criterio y orden de valores, procurando siempre respetar
a los de nuestro alrededor, pero exigiendo también su respeto.
-No tenemos más remedio que enseñar a los niños,
porque son nuevos en este mundo, y desconocen su funcionamiento, pero lo
que ellos van a interiorizar será lo que
hagamos , no lo que les digamos que hagan, por eso debemos ser muy cuidadosos,
y actuar de manera que ellos aprendan de
nosotros la mejor manera de vivir , y así conseguiremos que sean personas
honradas y felices.
-Cada uno deberemos trazar nuestro propio camino,
sin pensar en lo que opinen los demás de
nosotros.
-Las personas malas que se sienten infelices, son portadoras de un virus muy
contagioso, y si no podemos ayudarles, lo mejor será que nos apartemos de
ellos para evitar que nos amarguen la
vida con sus críticas, sus censuras y su mala intención.
-No podremos evitar cruzarnos con ellos y
coincidir a lo largo de nuestra vida, pero lo que si podemos hacer, es pasar de puntillas a
su lado, y no hacer ningún caso de sus críticas malintencionadas.
-Hay gente que ha encontrado su zona de confort
en la infelicidad, y que no quieren salir de ella, así que odian por principio
a todo aquel que noten que es espontáneo, alegre, cariñoso, positivo, y feliz.
- Nunca más permitiremos que la gente nos
esclavice, critique nuestras aficiones, y nos mangonee. Somos adultos poseedores de una inteligencia superior
y de libre albedrío.
-Disfrutaremos cada día de nuestra vida, nuestro
trabajo, nuestra familia, nuestros amigos, recibiremos cada día como una nueva
oportunidad para mejorar y crecer, así que daremos las gracias por ello.
-Nunca más nos importará la opinión de “la gente”.
Nosotros estamos vacunados con el amor
contra sus maldades.
-Buenas noches.