Todos necesitamos hablar; cuando mantenemos una
comunicación fluida y agradable con gente que nos comprende, nos sentimos muy
bien, y pasamos un buen rato.
-A las mujeres nos gusta mucho sentarnos con las
amigas a charlar, y no tenemos ningún problema en describir como nos sentimos,
porque sabemos que nuestras amigas, nos
van a entender y si hiciera falta aconsejar.
-Comunicarse es un arte, y desgraciadamente es
algo que tenemos que adquirir solos a lo largo de nuestra vida, ya que tanto en
el colegio como en casa, nos han dicho desde niños lo que podíamos y lo que no
podíamos decir, pero no nos han enseñado a decirlo bien ni a comunicarnos correctamente.
-A mí me gusta mucho hablar con la gente, y cada
día me sorprenden las cosas tan
interesantes que nos dicen, y lo agradable que es intercambiar una pequeña
charla con extraños, porque sus experiencias son diferentes a las nuestras, y
aprendemos a considerar otros puntos de vista..
- Esta mañana, he tomado un taxi al salir del
hospital tras hacerme los análisis, y he ido charlando durante todo el trayecto
con el taxista, un chico joven encantador, que me ha estado contando sus primeras experiencias siendo taxista en
Madrid.
-Muchas personas se muestran muy reacias a
hablar, y creo que esto se debe a que han tenido malas experiencias infantiles.
-Recuerdo a una amiga del colegio, una niña
buena y aplicada que estudiaba siempre con beca.
Su madre,
una mujer viuda y seria, jamás la ponderaba una buena nota ni un trabajo
bien hecho, y cuando ella insistía en que si estaba contenta, respondía que era
su obligación, en cambio cuando sacaba algún notable en vez de sobresaliente,
la reñía mucho diciendo que tenía que esforzarse más y no ser vaga.
-Muchas veces me he acordado de ella, pensando
en lo diferente que hubiera sido su vida de haber nacido en mi familia, donde
todos nos trataban con mucho cariño y nos consideraban guapos y listos….
-Yo he sido maestra de Primaria durante 32 años,
y siempre que teníamos ocasión, aprovechábamos para que los niños tuvieran un
momento de charla informal, donde pudieran compartir con la clase sus
experiencias del fin de semana, o de vacaciones, o de lo que fuera.
-Tanto mis compañeras como yo, cuando nos
reuníamos , comentábamos que algunos niños solo se dedicaban a contar las
pequeñas cosas malas que les habían pasado, porque veían que así llamaban la atención del grupo.
-Recuerdo una vez que un niño de 6 años, nos
contó como su padre había atropellado a un perro, y como se retorcía entre
estertores en la carretera, mientras nadie hacía nada por ayudarle.
En cuanto tuve un rato libre, llamé a la madre para comentarla que el niño estaba muy afectado por lo que había pasado, y cual no sería mi sorpresa cuando me dijo que todo era mentira, que ese era el argumento de una película de video que estuvieron viendo y que su marido cortó por la dureza de las imágenes, me dijo,que no le hiciera caso, ya que siempre quería llamar la atención....
En cuanto tuve un rato libre, llamé a la madre para comentarla que el niño estaba muy afectado por lo que había pasado, y cual no sería mi sorpresa cuando me dijo que todo era mentira, que ese era el argumento de una película de video que estuvieron viendo y que su marido cortó por la dureza de las imágenes, me dijo,que no le hiciera caso, ya que siempre quería llamar la atención....
-Fue una especie de terapia conductista de
refuerzo, la de las tres erres que viene a decir: “Las respuestas reforzadas se
repiten”, así que en poquísimo tiempo su comportamiento cambiaba, y estaban
contentos y de buen humor, porque aprendieron que para que la gente les hiciera
caso, no era necesario mentir ni exagerar
contando cosas horrorosas, y ya no escarbaban buscando lo malo, sino que
nos contaban su excursión, o su merienda, de manera alegre y con todo lujo de
detalles.
-Como la escuela es un muestreo de la vida, yo
os recomendaría que a esos amigos que solo os llaman para contaros desgracias, no les hagáis caso, y seguramente
dejarán de actuar en esa línea.
-Buenas noches.