"SI NO TIENES LO QUE TE GUSTA, HAZ QUE TE GUSTE LO QUE TIENES"
De tí depende que tu vida sea feliz,debes escoger tus ingredientes.


miércoles, 15 de abril de 2015

"Necesitamos Hablar"


Todos necesitamos hablar; cuando mantenemos una comunicación fluida y agradable con gente que nos comprende, nos sentimos muy bien, y pasamos un buen rato.

-Hablar con la gente adecuada, en un ambiente relajado y motivador, hace que afloren muchos sentimientos y sensaciones que parecía que habíamos olvidado.

-A las mujeres nos gusta mucho sentarnos con las amigas a charlar, y no tenemos ningún problema en describir como nos sentimos, porque sabemos que  nuestras amigas, nos van a entender y si hiciera falta aconsejar.

-Cuando alguien nos habla de cómo se siente, lo primero que necesita es que le escuchemos activamente, deberá notar  que estamos interesados en oír lo que nos está contando  y que lo entendemos, sin juzgar ni criticar.



-Comunicarse es un arte, y desgraciadamente es algo que tenemos que adquirir solos a lo largo de nuestra vida, ya que tanto en el colegio como en casa, nos han dicho desde niños lo que podíamos y lo que no podíamos decir, pero no nos han enseñado a decirlo bien ni  a comunicarnos correctamente.

-A mí me gusta mucho hablar con la gente, y cada día me sorprenden  las cosas tan interesantes que nos dicen, y lo agradable que es intercambiar una pequeña charla con extraños, porque sus experiencias son diferentes a las nuestras, y aprendemos a considerar otros puntos de vista..

- Esta mañana, he tomado un taxi al salir del hospital tras hacerme los análisis, y he ido charlando durante todo el trayecto con el taxista, un chico joven encantador, que me ha estado contando  sus primeras experiencias siendo taxista en Madrid.

-Muchas personas se muestran muy reacias a hablar, y creo que esto se debe a que han tenido malas experiencias infantiles.

-Recuerdo a una amiga del colegio, una niña buena y aplicada que estudiaba siempre con beca.

Su madre,  una mujer viuda y seria, jamás la ponderaba una buena nota ni un trabajo bien hecho, y cuando ella insistía en que si estaba contenta, respondía que era su obligación, en cambio cuando sacaba algún notable en vez de sobresaliente, la reñía mucho diciendo que tenía que esforzarse más y no ser vaga.

-Muchas veces me he acordado de ella, pensando en lo diferente que hubiera sido su vida de haber nacido en mi familia, donde todos nos trataban con mucho cariño y nos consideraban guapos y listos….

-Yo he sido maestra de Primaria durante 32 años, y siempre que teníamos ocasión, aprovechábamos para que los niños tuvieran un momento de charla informal, donde pudieran compartir con la clase sus experiencias del fin de semana, o de vacaciones, o de lo que fuera.


-Tanto mis compañeras como yo, cuando nos reuníamos , comentábamos que algunos niños solo se dedicaban a contar las pequeñas cosas malas que les habían pasado, porque veían que así  llamaban la atención del grupo.

-Recuerdo una vez que un niño de 6 años, nos contó como su padre había atropellado a un perro, y como se retorcía entre estertores en la carretera, mientras nadie hacía nada por ayudarle. 

En cuanto tuve un rato libre, llamé a la madre para comentarla que el niño estaba muy afectado por lo que había pasado, y cual no sería mi sorpresa cuando me dijo que todo era mentira, que ese era el argumento de una película de video que estuvieron viendo y que su marido cortó por la dureza de las imágenes,  me dijo,que no le hiciera caso, ya que siempre quería llamar la atención....

- Lógicamente, me quedé pasmada, y tras comprobar que los que contaban sucesos truculentos, no pasaban por ninguna dificultad emocional grave, decidimos  que cuando levantaran la mano para contar lo malo de todo, les escucharíamos, pero no les haríamos ni una sola pregunta extra ni comentaríamos su intervención; así que en cuanto acababan su anécdota de desgracias , pasábamos al siguiente sin hacer ningún comentario al respecto; en cambio si contaban cualquier cosa positiva, o simplemente normal, les hacíamos una serie de preguntas para animarles a describir mejor lo que sucedió.

-Fue una especie de terapia conductista de refuerzo, la de las tres erres que viene a decir: “Las respuestas reforzadas se repiten”, así que en poquísimo tiempo su comportamiento cambiaba, y estaban contentos y de buen humor, porque aprendieron que para que la gente les hiciera caso, no era necesario mentir ni exagerar  contando cosas horrorosas, y ya no escarbaban buscando lo malo, sino que nos contaban su excursión, o su merienda, de manera alegre y con todo lujo de detalles.

-Como la escuela es un muestreo de la vida, yo os recomendaría que a esos amigos que solo os llaman para contaros  desgracias, no les hagáis caso, y seguramente dejarán de actuar en esa línea.


-Buenas noches.