Improvisar supone tener que hacer algo de
pronto, sin haberlo preparado, y contando con los medios que tengamos.
-A lo largo de nuestra vida, nos vemos obligados
a improvisar, porque nunca sabemos con exactitud lo que va a suceder, así que sin
ser conscientes de ello, acabaremos siendo unos genios en el arte de la improvisación.
-En el camino de la vida, lo mejor es mirar
siempre hacia adelante intentando visualizar la meta, y llegar a ella,
admirando cada tramo superado.
-Los niños son fantásticos improvisando porque
no tienen prejuicios ni miedo a que se burlen de ellos, ya que es como un juego
en el que disfrutan.
-Recuerdo que mi madre tenía que improvisar una
comida rápida cada vez que nos presentábamos con amigos en casa sin avisar,
pero siempre encontraba la manera, porque era una mujer llena de recursos y muy
positiva.
-Muchos adultos muy estudiosos, muy listos y un
pelín cuadriculados, no son capaces de improvisar sobre casi nada, porque les
gusta tener todas las cosas preparadas, por lo que cualquier cambio les produce
muchísimo estrés.
-Tenemos que creer en lo que hacemos, aunque no
siempre podamos hacerlo exactamente como nos gustaría, pero si no perdemos la
ilusión por conseguir nuestro objetivo, llegaremos a él aunque demos alguna que
otra vuelta.
-La vida siempre hemos dicho que es como una escuela,
y que venimos a aprender, lo mejor es que cada aprendizaje nos haga avanzar,
por eso nunca deberemos maldecir un tropiezo, porque a veces ese pequeño obstáculo,
nos enseña algo que nos será de gran utilidad.
-En las conversaciones normales, improvisamos
las respuestas, ya que no sabemos casi nunca lo que nos va a decir nuestro
interlocutor, por lo que nos acostumbrados a hacerlo sobre la marcha.
-Para poder mantener una conversación, es
necesario escuchar al interlocutor, cosa que aunque parece absolutamente
normal, no siempre se cumple, ya que hay un tipo de personas que nunca escuchan
con atención los argumentos del otro, porque están ocupadísimos preparando su
respuesta para quedar por encima de él.
- Los humoristas, son muy buenos improvisando,
ya que suelen tener un as escondido en su manga que consiste en un conjunto de
recursos, que les permita contestar rápidamente a cualquier pregunta y resultar
gracioso.
-En los buenos colegios, se enseña a los
alumnos a debatir sobre diferentes temas, ya que cuando son capaces de alcanzar un consenso,
respetando los turnos de palabra, escuchando a los demás sin interrumpirles, (aunque
no estén de acuerdo con sus opiniones), tienen una gran baza ganada en el
camino de su vida social, escolar, y más tarde
profesional.
-La improvisación no es algo que utilicemos
solamente en la conversación, los músicos improvisan, también lo hacen los
cantantes, todos en general, cuando se tuercen los planes previstos, y tenemos
que preparar un plan B.
-Muchos científicos han investigado sobre lo que
sucede en el cerebro al improvisar, y aunque los primeros estudios se
dirigieron casi exclusivamente a las improvisaciones musicales, también , se han
dado cuenta de que cuando improvisamos, nuestro cerebro se comporta de manera
diferente.
-Ahora están seguros de que durante la improvisación,
se desacelera la parte de nuestro cerebro que está relacionada con las
actividades planificadas, la auto-censura, y que también escoge las palabras
más apropiadas que debes decir en una entrevista de trabajo.
-Cuando se baja la actividad de esa parte del cerebro,
sentimos menos inhibición y nos sentimos más felices y más libres, así que
vamos a improvisar más a menudo.
-Buenas noches