Nos fijamos poco en los que nos rodean.´
- La vida en las ciudades es complicada; vivimos
en torres, hablamos poco con los vecinos, y no nos enteramos de sus problemas,
porque casi todo el mundo suele tener prisa.
-Una amiga, me ha contado, que ha llamado a su prima por teléfono, y ha
notado que estaba muy triste. Piensa que está deprimida, y no sabe a pesar de
que se ven muy a menudo, en qué momento ha empezado.
-Esta amiga, es muy generosa, y me consta que
quiere a su prima como a una hermana, así que se ha puesto las pilas y ha
llamado a la nuera de su prima , para ver que podían hacer, ya que no tiene
hijas.
-A veces los disgustos nos afectan mucho más de
lo que dejamos entrever, y poco a poco, nos horadan el alma hasta que ya no
tenemos ganas de nada.
-Cuando una amiga tiene un problema, sin poderlo
evitar tendemos a culpabilizarnos, porque pensamos que no hemos estado atentas
a las señales.
-Hace muchos años, al poco tiempo de casarme y
venir a vivir a mi casa, me sorprendió ver en el portal una mesa bajita con una
bandeja llena de tarjetas.
-Pregunté a Miguel, el conserje que teníamos
entonces que qué significaba eso, y me dijo que se había muerto una vecina del
piso……y que eran tarjetas de pésame.
- Tuve una sensación de culpabilidad tremenda,
porque entonces yo no tenía colegio, era verano, y no me hubiese costado ningún
trabajo, pasarme a verla un ratito, tomarnos un café y haber hablado con ella…..
-Ya no tenía arreglo, así que me prometí no
volver a pasar por alto algo así, con la disculpa de que no lo sabía, porque
esas cosas las deberíamos saber.
-Mi tía Quina, en Carranza, era famosa por su buen
corazón, y se pasaba la vida visitando enfermos, y poniéndoles inyecciones, y
su hermana, mi tía Tilde, también les
llevaba membrillo y cosas ricas para que recuperaran el apetito cuando habían
estado malas.
- Obligaban a mis primas Rosa Mari y Nati, a
llevar judías verdes, tomates, patatas, frutas y verduras de su huerta a las
ancianas que vivían solas, así como leche, frutas, y huevos de su casa.
-Normalmente en estos pueblos vascos, la gente
es muy cariñosa y solidaria, y los
vecinos, se cuidan entre sí.
-He aprendido mucho con esta experiencia, y esta
misma mañana, he hecho un bizcocho a mi vecina Chelo, porque me la encontré el
otro día en el portal muy acatarrada y muy pálida, y le he dado un bizcocho a
su marido para ella con mis mejores deseos, porque como la gusta mucho mi bizcocho, seguro que la alegra.
-Tenemos que hablar más con nuestros vecinos, porque
hay un refrán español que dice:
-“¿Quién es tu mejor hermano? Tu vecino más
cercano”.
-Creo firmemente que el cariño, y la comprensión
reducen y mejoran las enfermedades.
-Tenemos que intentar hablar con nuestros
vecinos, sobre todo con aquellos que están solos, porque a veces no sabemos si
les está pasando algo.
-Como dice Borges, no podemos darles las
soluciones para todos los problemas de su vida, pero en cambio si podemos
escucharles y compartirlo con ellos.
-Ojalá, no consintamos que se nos endurezca el
corazón, y que los problemas de los demás no nos afecten.
-Buenas noches.