-Esta mañana, hemos ido paseando por Rue de Rívoli, viendo las preciosas galerías y tiendas de antigüedades que hay frente al museo del Louvre. Aunque no hacía calor, al sol no se aguantaba, y pasear por los soportales siempre es agradable. Después, hemos entrado en “El Carrousel del Louvre”, una preciosa y elegante galería comercial, que hay en el subsuelo del museo. El suelo es de mármol beige, y da una sensación de amplitud, porque los techos son altísimos. Hemos bajado por las escaleras mecánicas, y nos hemos dirigido hacia la punta de la pirámide invertida, que según dicen es una de las fotos que más nos hacemos los turistas de todas las nacionalidades. Yo me he hecho varias, desde que leí “El código Da Vinci”.
-Tiene una gran variedad de tiendas, desde “la Tienda del Museo,” hasta la modernísima tienda” Apple” que congrega a muchísimos jóvenes, deseosos de probar las últimas novedades. Hay joyerías, relojerías, pastelerías, tiendas de regalos…etc.
-Yo siempre que vengo a París, compro aquí los regalitos, porque aunque las camisetas, sean un poco más caras, son de muchísima mejor calidad.
-En la semana de la moda, hay desfiles importantes de los grandes modistos, y también durante todo el año una serie de exposiciones muy importantes.
-En la planta intermedia hay un Starbuck muy original, pues está lleno de libros preciosos, que puedes ojear y que venden en la tienda del museo. La gente los ojea, pero los trata bastante bien, pues son libros de arte, grandes y con muchas láminas .
-Los turistas hoy estaban mucho más tranquilos, a pesar de que había cola para entrar en una preciosa tienda de niños que vendía juguetes, disfraces de Mª Antonieta, y una gran cantidad de cuentos muy alegres y bien presentados.
- En París, muchísimos turistas van con niños pequeños, y los parisinos lo saben, y les dedican espacio y tiempo, pero no piensan en que tienen un problema gravísimo a la hora de coger un metro, pues casi ninguno tiene escaleras mecánicas exceptuando los de las estaciones (Gare de Lyon, de Austerlitz….etc.) y subir tantísimas escaleras con un coche de bebé debe ser horroroso, por no hablar de personas con muletas, sillas de ruedas…etc.
-Los parisinos nunca se quejan de esto, no sé si será por educación o por no criticar a su país, pues nunca lo hacen…Yo me quejo constantemente con todo el que me pueda oír, porque a mí, las escaleras me fatigan muchísimo, y como soy madrileña, en Madrid nos quejamos de todo.
