Esta mañana hemos ido con nuestro hijo a dar un paseo por el fantástico “Viaducto de las Artes”.Es un hermoso sendero adorado por los parisinos. Está sembrado en las antiguas vías encima del viaducto. Este “Promenade Plantée” (Paseo plantado, ) tiene una exuberante vegetación, con sauces, avellanos, cerezos en flor, rosas, lirios, y miles de flores que huelen de maravilla. La gente pasea, anda, corre o se sienta a leer o a mirar alrededor, cosa entretenidísima en País
-Este viaducto ferroviario, fue construido a mediados del siglo XIX como soporte de la línea ferroviaria París-Estrasburgo. Llevaba muchos años siendo algo problemático e inservible,(desde que se instaló en París el moderno RER ,) cuando a un arquitecto y a un paisajista, se les ocurrió la feliz idea de hacer encima de las arcadas un paseo que sirviera de evasión a los parisinos, puesto que a pesar de estar en una zona terriblemente ruidosa, solamente se oye el gorjeo de los cientos de pájaros que han decidido anidar en este paraíso, ya que está a 9 metros sobre el tráfico.
-Debajo del viaducto, en cada una de las 71 arcadas, han instalado talleres artesanos de cuero, tapicería, dorado, ebanistería, caucho papel, muñecas, lámparas moda…etc. También son tiendas, y puedes comprar directamente a los artesanos. Son de aspecto antiguo, y cualquier cosa que compras te da la sensación de que te llevas una joya. La avenida Daumesnil está llena de objetos de arte.
-Desde el paseo, se pueden admirar preciosos edificios. A mí el que más me llama la atención es el de la policía que tiene lleno el último piso de maravillosas estatuas griegas que le sujetan. Son enormes esclavos de mármol blanco
-Empezamos subiendo las escaleras, (yo, nunca me libro de las dichosas escaleritas en París,) al terminar el edificio de La Ópera Bastilla.
-Al bajar, antes de hacer el camino de vuelta paseando tranquilamente por las tiendas de las
arcadas, nos hemos sentado a reponer fuerzas en un precioso café frente al viaducto.
-Los cafés parisinos siempre te sorprenden, la decoración interior, parecía el salón de tu abuela, por lo que te da una cálida sensación estar allí de tertulia.
-Al volver a casa, hemos estado viendo las tiendas de los artesanos, que son una preciosidad, porque en muchas de ellas, les estás viendo trabajar. Es muy emocionante comprar cosas a las mismas personas que las han hecho. En un atelier de doradores, había un cocodrilo maravilloso dorado. A mí me encantaba, pero :
- ¿Dónde puedo poner yo un cocodrilo dorado.?