Tenemos que tachar los malos recuerdos de nuestra vida,
porque se ha demostrado que si recordamos cosas malas, aunque creamos que ya no
nos afectan, y que no las damos
importancia, daña nuestro cerebro.
Esta mañana hablando en la peluquería, con una vecina; la he
encontrado muy seria y muy triste, y al preguntarle si la pasaba algo, me ha
contado una cosa que me ha dejado pasmada. –Por lo visto, una amiga, a la que
ve de tarde en tarde, la llamó la semana pasada para invitarla a una merienda,
y al decirle que no podía, porque estaba un poco constipada, y que como su marido y su hijo acababan de pasar una
gripe, prefería cuidarse un poco y no salir.
- La amiga,( que debe
ser una bruja), se puso como una fiera, y empezó a sacarle una lista de afrentas que tenía guardadas desde
Dios sabe cuándo, y a decirla que
siempre ponía pretextos para no acudir a los compromisos, que nunca se podía
contar con ella, que si se creía mucho, que ya sabía ella que era una
hipócrita, y así un largo etcétera de cosas injustas e innecesarias……..
-Bueno, pues esta situación tan absurda y tan surrealista,
la ha afectado tanto, que la ha quitado el sueño, y hasta la ha hecho perder el
apetito, porque no para de darle vueltas, y no encuentra justificación, para
ese comportamiento…….
-Esta anécdota de mi vecina, es solo un ejemplo de lo que
nos pasa a todos, cuando por uno u otro motivo, nos enfrentamos a malos rollos,
porque recordar cosas pasadas con pesimismo, afectan a nuestra salud, pudiendo
llegar a enfermarnos.
-“Las palabras sueltas, no tienen vuelta”, por eso debemos
tener cuidado con las cosa que decimos, y si tenemos en nuestro entorno a
personas rencorosas que viven en un horrible pasado lleno de afrentas que solo ellos ven, y que con malas palabras se dedican a darnos disgustos, lo mejor es
decírselo muy claramente, y si no nos hacen caso, pues sintiéndolo mucho, les
dejaremos de tratar, porque su proximidad ya sabemos que solamente nos podrá traer enfermedad.
- Un amigo, es
alguien que tú escogiste, porque te comunicabas bien, porque tenías cosas en
común, como cariño, comprensión y complicidad, un amigo, debe ser un tesoro, un
remanso de paz, alguien en quien confiar, con quien vivimos emociones y
experiencias agradables, donde los recuerdos nos traen juventud y risas, y un
amigo, nunca puede ser una mala persona rencorosa y ladina que se dedica a
ofendernos y a hacernos daño.
-No debemos dar poder a los malos recuerdos. He encontrado en Internet esta goma para borrar mis malos recuerdos, si es que se atrevieran a aparecer, y os la presto para que hagáis lo mismo que yo:¡ borrarlos!
- Las cosas malas, si han sido malas, lo mejor es pasar página, porque si te metes en la espiral de la tristeza, lo menos que te podrá pasar, será que caigas en una depresión.
- Las cosas malas, si han sido malas, lo mejor es pasar página, porque si te metes en la espiral de la tristeza, lo menos que te podrá pasar, será que caigas en una depresión.
-Nos tenemos que centrar en el presente y orientarnos hacia
el futuro, porque el pasado ya pasó, y el presente es lo único que tenemos y si
este presente es alegre, nuestro futuro lo será, mientras que si todo es malo,
pasará como dice el refrán. “Quien siembra vientos, recoge tempestades”.
-Intentaremos sacar experiencias positivas de las
situaciones pasadas, y solamente miraremos con optimismo hacia delante, porque
esta será la única manera de que tengamos una buena salud mental, y tengamos
menos tendencia a enfermar, y más ganas de hacer cosas y de vivir con alegría y
con optimismo
