La frustración es un desagradable sentimiento
que se produce cuando las expectativas de una persona no se ven satisfechas al
no poder conseguir lo pretendido.
-La frustración es muy perjudicial para la salud,
ya que puede desencadenar problemas psicológicos.
-Todos nos hemos sentido frustrados por
distintos motivos, por ejemplo: cuando después de preparar una asignatura, y dedicarle
muchas horas de estudio, la suspendemos.
-El problema no es la frustración en sí, sino la
emoción que sentimos, y la manera con la
que nosotros nos enfrentamos a ella.
-Es importantísimo saber manejar una
frustración, porque si nos dedicamos a insultarnos a nosotros mismos, a culpabilizanos por ello, con frasecitas
del tipo de ¡No valgo para nada!, o ¡nunca lo voy a conseguir¡Estas cosas no son para mí, no sirvo, fracasaré
otra vez!, y un largo etcétera de cosas parecidas.
-Tenemos que intentar tener la cabeza fría, y no perder la ilusión, por ese motivo, ya que
podríamos convertirnos en fracasados, porque si nos empeñamos en
fracasar, sabemos que fracasaremos.
-Lo mejor frente a una gran frustración es como
dijo el eminente psicólogo William James:
-“Aceptar lo que ha sucedido es el primer paso
para superar las consecuencias de cualquier desgracia”.
-El motivo por el que ante una misma situación,
unas personas reaccionan muy bien y otras no, depende de las situaciones que
hayan vivido de pequeños.
-Yo, como soy quinta hija, tengo un nivel de
tolerancia a la frustración enorme, y nada me desanima, ya que cuando de
pequeña los Reyes Magos me traían cada año el triciclo en lugar de la bicicleta
que les había pedido en mi carta; pensaba
que tendrían demasiados encargos de niños mayores, y que ya me tocaría a mí
otro año.
-Los niños aprenden lo que ven, no lo que oyen,
y si sus padres son personas que ante cualquier contrariedad , se llenan de ira, los
niños actuarán de la misma manera, pero si los padres les enseñan a gestionarla
debidamente, pasará el disgusto y nada más, y los padres les aplaudirán por lo
bien que han reaccionado.
-Ahora está muy de moda decir a los niños que se
vayan “al rincón de pensar”; yo no actuaría así, porque si el niño ha sufrido
un gran disgusto, una enorme desilusión
que le hace sentirse muy frustrado y muy desgraciado, no me parece bien
castigarle, creo que es muchísimo más positivo, abrazarle,y, hablar sobre lo
que pasó, comprender su enfado, calmarle
diciéndole que lo entendemos, pero que gritando no solo no se arregla nada sino
que se empeora, y, que mañana con calma ya no lo verá tan ma....