El otro día un amigo me mandó un correo que me sorprendió porque decía que habían abierto una chocolatería madrileña en Tokio. Decidí enterarme bien, y esta mañana hemos ido mi marido y yo a misa a la Parroquia de San Ginés, que está en la calle Arenal,( en pleno centro de Madrid, y al lado de la Puerta del Sol.) Al salir, hemos torcido a la derecha y nos hemos metido en el pasadizo de San Ginés, que es donde está la chocolatería San Ginés.
- La chocolatería está abierta desde 1894 y mantiene su decoración original a base de azulejos verdes y blancos, dándole un aire de café del siglo XIX. El interior está decorado con colores cálidos, y a pesar de estar los churros recién hechos, no huele a “fritanga” como en las churrerías.
- Fuera tiene una terraza muy típica en el pasaje, pero hacía un calor terrible y hemos preferido sentarnos dentro en una mesa y disfrutar del aire acondicionado.
-Hemos pedido chocolate con churros, que estaba exquisito, y no quemaba nada.
-He estado mirando un documento escrito en japonés que estaba enmarcado y colgado en la pared, y un camarero me ha contado la historia.
-Hace 2 años Hideto Maeda, empresario japonés de la cadena To-Kyo Restaurants, estando en Madrid de turismo, visitó la chocolatería y probó los churros con chocolate.
Quedó deslumbrado por el sabor y la textura, y ese mismo día quiso hablar con el propietario y tras durísimas negociaciones llegaron a un acuerdo. Pondrían una franquicia de la antigua chocolatería en Japón.
-Los operarios nipones, vinieron a Madrid a aprender el oficio, les enseñó David Celi en inglés. El churrero japonés, estuvo practicando muchísimo hasta que aprendió el arte de amasar, liar los churros, apretar el émbolo, dibujar en el aceite hirviendo la gran rosca de porras o los lazos….
-El encargado nipón Tetsuya Okumura y su equipo, estuvieron en Madrid entrenándose hasta conseguir churros crujientes por fuera y nada grasientos.
-La chocolatería ya está funcionando en Tokio en el barrio de Shibuya, barrio modernista, que goza de gran popularidad entre la juventud y donde se encuentran varios centros comerciales.
-Los camareros llevan camisas blancas y gorras de chulapo madrileño negra, y saludan a los parroquianos diciendo:”Chocolate con churros (lo han ensayado muchísimo, pero lo pronuncian regular.”) La chocolatería que se llama San Ginés, ellos la llaman: “Chocorateria Sanhinesu,” y ofrecen churros adaptados a los gustos japoneses decorados con azúcar coloreado, y así quedan los churros azules, rosas, amarillos.
-Hay churros con forma de corazón muy populares entre los japoneses.
-Los precios son un poco más caros, y vienen a costar:
-Chocolate con churros (en taza de buen tamaño en Madrid 3,50 Euros)
-Chocolate con churros (en mini taza más café u otra bebida) 640 Yenes =5,80 Euros.
-El chocolate puede tomarse con sabor a albaricoque, café mango, fresa, frambuesa o té.
-Los churros para llevar a casa se meten en una preciosa caja de cartón con asa.
-El empresario no puede mantenerla abierta toda la noche como en Madrid, porque ellos los comen durante el almuerzo o la merienda, y todavía no han aprendido a desayunarlos después de una noche de fiesta, y abren de 11 de la mañana a 10 de la noche.
