Preguntaron un día,
allá por el año mil seiscientos y pico a Galileo Galilei, científico matemático,
inventor, constructor del telescopio, y famoso
en su época por sus ideas cuantos años tenía.
-Ocho, o diez
años, contestó mirándoles, el sabio, que entonces ya era un anciano de barba
blanca. Las personas que lo presenciaron, se quedaron asombrados por la
respuesta, porque era imposible que
tuviera esa edad.
-Al ver la
sorpresa causada, les miró, sonrió y dijo:
-Tengo, los
años que me quedan de vida.
Los vividos, ya
no los tengo, igual que no tenemos las monedas que nos hemos gastado.
-Reflexionando
sobre tan sabia respuesta, nos deberíamos preguntar a nosotros mismos. ¿Cuántos
años tengo?, verdaderamente es algo muy
duro de responder, sobre todo para los que ya hemos pasado el Ecuador de
nuestra vida, porque si quitamos el pasado del que tenemos tantas vivencias y
tantísimos recuerdos, pero que efectivamente lo hemos gastado ya, porque pasó,
y restamos el futuro que es incierto, solo nos queda el presente…..
-¿Cuántos años
viviremos? , y de esos años, cuantos serán años activos, en los que podamos
hacer cosas, decidir, disfrutar , amar…..¿cuántos años nos quedan?
-Es una pregunta difícil de contestar, y que sin
querer nos lleva a pensar que no deberíamos desaprovechar los años, los días,
las horas, los minutos que nos quedan y que desde luego sabemos que no volverán
jamás.
-Aparcaremos el
ayer en un garaje subterráneo, para que no nos moleste ni nos estorbe, con sus
alegrías y sus pesares, con sus deberías, con sus podrías, con sus
comparaciones y con sus fracasos, y nos dedicaremos a crear un hoy único e
irrepetible, lleno de felicidad de amor de paz, de alegría y de risas.
-Aprovecharemos
el aquí y el ahora para hacer todo eso que nos gustaría haber hecho, y no
perderemos más el tiempo en discusiones, en peleas, en tonterías, en malos
rollos que solo nos traerán tristezas y
dolores.
-Aprovecharemos
nuestro hoy, que es lo único que tenemos, y sobre el que podemos actuar y decidir,
ya que mañana no existe y no sabemos si llegará, y si llegara,
sería otro hoy.
-Seremos
valientes y recuperaremos la ilusión para hacer un camino nuevo lleno de buenos
planes y de cariño, porque cada mañana
la vida comienza.
-No hay mejor
momento para vivir que ahora mismo, así que date cuenta de que la felicidad no
está al final, sino que la felicidad es el camino.
-Pensaremos
mucho antes de decir algo a alguien que pueda ocasionarle dolor, porque a lo
mejor, ya nunca tendremos ocasión de
disculparnos.
-A partir de este momento pienso aprovechar mucho más cada momento, y disfrutaré de la compañía y del cariño de tantas personas que me quieren, porque estas son las cosas que nos hacen ser verdaderamente felices.
-Buenas noches.