-Tenemos la mala costumbre de apegarnos más de
lo necesario a nuestras cosas, así que casi sin darnos cuenta , nos llenamos de
trastos que nos quitan espacio, y que además no usamos, porque no nos sirven ,
o no nos gustan.
-El otro día me contaba una amiga que el
pediatra la había mandado tirar los cepillos de dientes de los niños, después
de haber estado con anginas, porque era un foco de contagio e infecciones.
-Me quedé de hielo, porque yo, no tiro mi
cepillo después de un catarro, solamente cambio la cabeza (pues es eléctrico),
cada tres meses como me recomendó el dentista.
-Esta es la manera de ser que tenemos la
mayoría; vivimos rodeados de trastos que no usamos, porque no nos atrevemos a
tirarlos.
-Gail Blanke, una famosa autora de auto ayuda, y entrenadora de
vida, autora del best seller “Throw Out Fifty Things”,(El tiro de salida
Cincuenta cosas) nos aconseja pasearnos por nuestra casa, y observar con ojos
nuevos la cantidad de pequeñas cosas que no son más que basura y trastos, y que
conservamos por pura inercia.
-Así que desde ese tubo de Prit, que está seco,
pasando por los bolis sin tapa que escriben fatal, hasta llegar a esa silla tan
horrorosa que heredamos y que jamás usamos , porque además de fea es incómoda, las guías de teléfono.......
-Aconseja esta señora que reunamos 50 cosas y
las tiremos, porque están llenas de basuras del pasado, y guardamos con ellas
rencores y malos rollos, porque todo está relacionado.
-“Si quieres crecer, tienes que dejar ir”, es el
mantra de de Blanke, así que eliminando todo ese batiburrillo de cosas, nos
sentiremos ligeros y liberados, y tendremos mejor espacio vital.
-Llevaremos un cajón a la cocina, y seguramente
que lo llenamos enseguida de montones de sartenes que nunca usamos, de
cacerolas, de fuentes, de platos, cazuelas, cubiertos , ensaladeras…etc, y al
tirarlo, aprovecharemos también para tirar malos rollos, pesadillas , miedos ,
preocupaciones, que nos siguen machacando.
-La siguiente parada es el cuarto de baño, creo
que en casi todas las casas hay una serie de cajones o cestitos o cajitas
llenas de no sé qué tonterías como muestras de cremas de belleza que un día nos
regalaron, tarros de crema empezados que dejamos de usar hace mucho, cintas y
gomas del pelo de las niñas que ya están en la Universidad, frascos de gel, champú , esmaltes de uñas
secos, colonias de no sé cuándo, y un largo etcétera.
-Luego veremos esos cajones misteriosos de
nuestras mesillas, llenos de recibos
arrugados, llaves que abren muebles o maletas que ya no existen, y seguiremos
tirando….
-Nuestro bolso, también necesita una limpieza, porque a veces parece el de Mary Poppins.
-El botiquín, si nos fijamos , tiene un montón
de medicinas caducadas que nos parece que fue ayer, pero que compramos hace
años.
-Después pasaremos a la ropa de casa, esos
armarios llenos de manteles dificilísimos de planchar, de telas antiguas en las
que las manchas se quedan a vivir para siempre
jamás, por lo que nunca los usamos.
- Las sábanos bordadas que hemos sustituido por
fundas nórdicas, las mantas Mora que ocupan una barbaridad y nadie utiliza, así
que sin haber llegado a nuestro dormitorio, seguramente ya tenemos más de las 50 cosas que nos recomienda tirar
Gail Blanke.
-Por último, lo más doloroso y difícil, serán
los platos de tu abuela, las copas, la vajilla destartalada, porque parece que
son una herencia que deberíamos guardar, pero no es así, porque lo que
deberemos recordar siempre será su amor, y lo importante que fue en nuestra
vida .
-¡Espero que lo consigáis!