Este mediodía Ernesto, el primo hermano de Félix,
ha venido a comer. Ayer me llamó cuando estaba en la academia de pintura,
diciéndome que solamente iba a estar 4 o 5 días en Madrid, y que tenía muchas
ganas de ver a Félix; así que cuando hablaron al mediodía, decidimos que lo
mejor sería que viniese a comer, para que nuestros hijos, Felisín y Gema,
tuvieran la oportunidad de disfrutar de su compañía, y por la tarde Ernesto y
Félix, se podrían ir a dar una vuelta.
-Anoche Gema hizo con mucha ilusión su famosa
tarta de chocolate, que es tan exquisita que al comerla, te olvidas durante un
ratito de las dos mil calorías que debe tener.
-A las 2 y cuarto en punto llegaron Felisín y
Ernesto que habían coincidido en el portal, y enseguida nos sentamos los cinco
a comer.
-Ha sido una comida muy divertida y agradable,
ya que todos hablábamos y bromeábamos de casi todo, en un ambiente relajado.
-La comida estaba riquísima, porque ha sido un
menú muy casero; de primero he hecho unas judías verdes frescas al ajo arriero,
y de segundo un guiso de ternera en trozos con cebollas, zanahoria, ajo y
perejil, regado con un buen vino y con una guarnición de patatas fritas en
cuadraditos.
-La tarta estaba como siempre riquísima, y como
ha sobrado un buen trozo, la hemos envuelto, (como hacen ahora en los
restaurantes), para que se la lleve mi
hijo a los niños, porque les encanta.
-Ernesto ha estado como siempre encantador. Es
una de esas personas entrañables, que tiene gracia natural, y que suele bromear
a menudo.
-Ha hablado mucho con mis hijos, y se ha
interesado por sus cosas.
-Ernesto, aunque es el menor de los primos de
Félix, tiene 18 años más que él, y, además mi suegra no solamente era la hermana pequeña, sino que
tuvo a Félix con 47 años, así que no ha
tenido prácticamente contacto con ningún primo en su infancia, porque cuando él
iba a Primaria, ellos estaban en la Universidad.
- Pero como los años igualan a las personas,
ahora no se nota la diferencia de edad, y Ernesto que ha vivido unas
experiencias familiares preciosas, disfrutando de unos abuelos, de los que
Félix solamente sabía su nombre, las está compartiendo con su primo.
- Nos ha contado con mucho cariño, muchas cosas
de su abuela Emilia y de su abuelo Félix; y, mientras mi marido le escuchaba y le hacía
preguntas, se le veía emocionado.
-Es una suerte tener un primo tan entrañable al
que le gusta contar la historia familiar
que su madre nunca le contó, ya que para ella, la vida se volvió muy triste, cuando su marido, (el padre de
Félix), que era hijo único, murió, dejándola sola con dos niños pequeños.
-La vida es sorprendente y generosa, y ha puesto después de muchos años a dos primos hermanos
que congenian muy bien.