"SI NO TIENES LO QUE TE GUSTA, HAZ QUE TE GUSTE LO QUE TIENES"
De tí depende que tu vida sea feliz,debes escoger tus ingredientes.


martes, 27 de marzo de 2012

" La Paciencia"





Hay que tener muchísima paciencia para tratar a un montón de personas inaguantables que todos  tenemos a nuestro alrededor.
-Una amiga me contaba esta mañana al salir del gimnasio, que se les ha instalado en casa una hermana de su marido que todo lo encuentra mal, y a todo  le saca punta.
-M e parece que  necesitará mucha paciencia y sobre todo mucho sentido del humor para aguantar  a su cuñada, los dos meses que va a vivir en su casa, mientras le hacen una obra en la suya.

-Su marido la adora, porque es su hermana mayor, que fue la que se ocupó de él cuando murieron sus padres trágicamente en un accidente de carretera.
-Ella, quiere que esté contenta en su casa, pero yo la he dicho que según me cuenta, esa señora es de las que nunca están a gusto, y que yo creo que en vez de cocinarla y aguantar luego sus críticas, lo que debe hacer es decirla que se encargue ella de la cocina para la que está tan bien dotada, y así se evita malos rollos……
- La paciencia es muy necesaria para sobrellevar las pruebas que nos pone delante la vida cada día, y gracias a ella, conseguimos convivir con esas personas……
-Cuando tenemos la paciencia necesaria, podemos disfrutar sin perder la serenidad ni la calma, porque: “es más inteligente el que tolera que el que grita”.
-Cuando nos cruzamos con personas antipáticas e impertinentes, lo mejor es no darles cancha, porque lo único que quieren es crear polémica; les encanta saber que te han disgustado, por eso si pasamos página, y no hacemos caso, se acaban aburriendo y buscarán otra diana para sus impertinencias.
-Os voy a contar una historia que viene a cuento sobre tener paciencia.
                     “EL Chico que tenía muy mal carácter”
-Un día, un padre estaba tan harto de aguantar el mal carácter de su hijo, y luego escuchar sus disculpas que le dijo:
-Toma esta bolsa de clavos, y cada vez que pierdas la paciencia, clavarás un clavo detrás de la puerta.
-El  chico empezó a clavar y a clavar, al principio clavaba muchos cada día, pero a medida que pasaban las semanas, cada día clavaba menos, porque estaba aprendiendo a  controlarse.
-Pasados unos días, el chico le dijo a su padre que llevaba diez días sin clavar ni un solo clavo, así que el padre le dijo, que debía desclavar cada día un clavo.
-Por fin, llegó el día en el que su hijo le anunció que había conseguido sacar todos los clavos.
-Su padre le acompañó hasta la puerta, y señalando los agujeros de los clavos, le dijo:
-¡Mira atentamente esta puerta, que refleja lo duro que has trabajado, pero esos hoyos, te recordarán que cada vez que has perdido la paciencia, dejas cicatrices y dolor en las personas, a pesar de que te disculpes.

-Recordaremos que: “Palabra suelta no tiene vuelta”, y procuraremos no herir a nadie con una mala palabra.